Por Marton Dunai
BUDAPEST (Reuters) - Una semana después de que un líder del partido Jobbik de extrema derecha húngara pidiera que se elaboraran listas de destacados judíos para proteger la seguridad nacional, Janos Fonagy dio un paso al frente.
"Mi madre y padre eran judíos, y yo también, si te gusta como si no", dijo el secretario de Estado del Ministerio de Desarrollo al Parlamento, explicando que no tenía doble ciudadanía con Israel y no era religioso
"No puedo elegir, nací así. Pero ustedes pueden elegir, pueden elegir este camino", dijo, dirigiéndose a los diputados del Jobbik. "Soporten el juicio de la historia".
Hace relativamente poco que los judíos húngaros han comenzado a celebrar su identidad de forma tan abierta como lo hacían cuando se construyó la mayor sinagoga de Europa en Budapest en la década de 1850.
Ahora están decididos a no permitir un clima político en el que tengan que defender esa identidad o incluso suprimirla.
Más de 500.000 judíos húngaros murieron en el Holocausto después de que Hungría se pusiera de lado de los nazis en la Segunda Guerra Mundial y los que se quedaron en Budapest se vieron recluidos en dos guetos.
Cuando el Ejército soviético entró y liberó los guetos en 1945 quedaban unos 100.000 judíos, memoria viva de una colaboración con el fascismo que muchos húngaros querían olvidar.
"Incluso hace 15 años, usar la palabra 'judío' como marca requería cierta valentía", dijo Vera Vadas, director del Festival de Verano Judío que comenzó a funcionar en 1998. "Ahora la palabra sólo describe nuestra cultura y atrae a artistas y público por igual".
De las 3.000 personas que acudieron al primer festival, el número de visitantes ha ido en aumento hasta llegar a los 120.000 este año, que abarrotan los callejones y patios adoquinados de la ciudad.
El mayor de los dos guetos de tiempos de guerra es ahora un vibrante barrio judío, un punto destacado en el mapa turístico de Budapest todo el año con la enorme calle de la sinagoga Dohahy - que inspiró la Sinagoga Central de Nueva York - en su centro.
Alrededor hay más sinagogas, museos, negocios, escuelas y restaurantes y a veces una mezcla de lo anterior, como una clase de Talmud que se imparte en uno de los famosos "bares de ruinas" de Budapest - edificios abandonados convertidos en bares.
ORGULLOSOS DE SUS RAÍCES
Rabbi Zoltan Radnoti, el joven líder de una pequeña y moderna sinagoga en el suroeste de Budapest, dijo que su generación era la primera que mostraba seguridad sobre su herencia después de que sus traumatizados abuelos enseñaran a sus hijos a disimularla.
"La generación de mis padres, los nacidos inmediatamente después de la guerra, fue tan protegida que nunca consiguió experimentar su judaísmo", dijo Radnoti.
"Ahora, mis hijos se toman su judaísmo como algo natural, no tienen dudas sobre sus raíces. Son niños que viven en Hungría, hablan húngaro y siguen la fe judía. La vasta mayoría de jóvenes padres judíos pueden y eligen la tradición".
Además de la libertad religiosa, el final del Comunismo en 1989 también trajo libertad de expresión y a políticos que rápidamente dieron lugar a fuerzas abiertamente antisemitas.
El partido Jobbik, el tercero del Parlamento, ha usado eslóganes antisemitas para reforzar su postura antes de las elecciones de 2014, acaparando críticas internacionales.
La más fuerte hasta la fecha fue el llamamiento del mes pasado efectuado por Marton Gyongyosi, responsable de política exterior de Jobbik, a crear una lista de judíos miembros del Gobierno y Parlamento a raíz de la reciente campaña militar israelí para detener el lanzamiento de cohetes desde Gaza.
"Creo que un conflicto de estas características hace adecuado contar el número de personas con ancestros judíos que viven aquí, especialmente en el Parlamento húngaro, que, de hecho, plantean un peligro para la seguridad nacional de Hungría", dijo al Parlamento.
El Gobierno de centroderecha húngaro condenó las declaraciones, por las que luego se disculpó el diputado, y la embajada de EEUU en Budapest las calificó de "escandalosas".
Aunque el antisemitismo no ha conllevado aún graves enfrentamientos físicos, se han producido delitos de odio que incluyen la profanación de cementerios judíos y un ataque verbal al ex rabino jefe de Budaepest Joseph Schweitzer, de 90 años.
"No creo que todas las personas que votaron por Jobbik sean antisemitas", dijo Slomo Koves, rabino jefe de la Congregación Unificada de Judíos Húngaros.
"Pero si Jobbik lo trae al discurso público, incluso personas que no eran antisemitas antes, sienten que hay un modo de mostrar tu frustración... El problema es que esto tiene un efecto en el estado de ánimo de los húngaros.
La élite política húngara mostró un raro gesto de unidad en una gran manifestación el 2 de diciembre, donde líderes políticos del gobierno y la oposición expresaron su desdén hacia el Jobbik.
De momento, las encuestas sugieren que la formación mantiene su base de votantes. Entre los jóvenes su apoyo es casi del 20 por ciento, convirtiéndose en el partido más fuerte entre el grupo de menores de 30 años, según una encuesta del Republikon Institute este año.
Pero al contrario que su muy exitosa retórica antigitana, el antisemitismo podría terminar volviéndose en su contra a largo plazo, dijo a Reuters el director de Republikon Institute Csaba Toth, porque alejaría a potenciales socios de coalición.
(Información adicional de Krisztina Than; Traducido por Emma Pinedo)
Fuente: http://lta.reuters.com/article/worldNews/idLTASIE8BF00F20121216?sp=true
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