La Primera. Lima, 04 de diciembre del 2012.
Bettina Reyna Ugarriza
Amazonía y Buen Gobierno Derecho, Ambiente y Recursos Naturales - DAR
Uno de los productos del Programa es el estudio “Nueva Matriz Energética Sostenible (NUMES) 2011-2040”, presentado en abril de este año, pero que no sería un documento vinculante para el Estado, sino que serviría de referencia para la elaboración del Plan Energético Nacional (2012-2021). Será este Plan el que definirá el camino a seguir y las prioridades de las actividades energéticas del país. Sin embargo, a la fecha no se conoce exactamente qué proyectos propone, ni cómo se viene desarrollando.
Años atrás se reclamaba al sector que tomara decisiones de proyectos sobre la base de estudios de planificación energética y, por eso hoy, se aplaude que estos estudios se vengan realizando, sin embargo, aún existen serias preocupaciones sobre el proceso de elaboración de la Evaluación Ambiental Estratégica (EAE) del Plan Energético Nacional. Este instrumento debe proponer un marco de gestión social y ambiental para evitar y mitigar la afectación que el Plan podría causar a las poblaciones y a los ecosistemas frágiles. Por ello, nos preocupa que su elaboración no haya contado con un proceso adecuado de participación ciudadana y que a la fecha este documento no haya sido difundido, ni sea público. Sin duda, esta falta de información limita la posibilidad de recibir recomendaciones y propuestas.
Por otro lado, el Programa NUMES también incluye el compromiso del Estado de formular Guías Ambientales para la elaboración de Estudios de Impacto Ambiental de las actividades de Hidrocarburos, dado que las actuales datan de 1997 y toman en cuenta normas desfasadas. Habrá que estar al tanto de estas Guías, pues marcarán la pauta en los aspectos ambientales y sociales de los próximos proyectos de Hidrocarburos.
Otro tema importante de este Programa es el compromiso de implementar mecanismos, procedimientos y mejores prácticas de gestión social, que incluye mejorar los procesos de consulta, de participación, y de obtención de beneficios de las actividades extractivas por parte de las poblaciones directamente afectadas.
Cabe señalar, que paralelo al préstamo del Programa NUMES, el BID también ha aprobado una cooperación técnica no reembolsable para el fortalecimiento de las capacidades en planificación del sector energético. Sin embargo, preocupa que esta cooperación recién pueda implementarse luego de culminado el Plan Energético Nacional, cuando justamente se necesita fortalecer estas capacidades antes de la revisión y aprobación del Plan.
No hay duda que estos Programas son un importante avance en el proceso de la planificación del sector, sin embargo, insistimos en la necesidad de promover y garantizar una adecuada participación de la sociedad civil e integrar los aspectos ambientales y sociales en la planificación del sector energético. Desde la sociedad civil estaremos atentos y buscaremos alcanzar nuestras propuestas a este importante proceso, que definirá la priorización del conjunto de proyectos energéticos que se promoverán en los próximos años.
Años atrás se reclamaba al sector que tomara decisiones de proyectos sobre la base de estudios de planificación energética y, por eso hoy, se aplaude que estos estudios se vengan realizando, sin embargo, aún existen serias preocupaciones sobre el proceso de elaboración de la Evaluación Ambiental Estratégica (EAE) del Plan Energético Nacional. Este instrumento debe proponer un marco de gestión social y ambiental para evitar y mitigar la afectación que el Plan podría causar a las poblaciones y a los ecosistemas frágiles. Por ello, nos preocupa que su elaboración no haya contado con un proceso adecuado de participación ciudadana y que a la fecha este documento no haya sido difundido, ni sea público. Sin duda, esta falta de información limita la posibilidad de recibir recomendaciones y propuestas.
Por otro lado, el Programa NUMES también incluye el compromiso del Estado de formular Guías Ambientales para la elaboración de Estudios de Impacto Ambiental de las actividades de Hidrocarburos, dado que las actuales datan de 1997 y toman en cuenta normas desfasadas. Habrá que estar al tanto de estas Guías, pues marcarán la pauta en los aspectos ambientales y sociales de los próximos proyectos de Hidrocarburos.
Otro tema importante de este Programa es el compromiso de implementar mecanismos, procedimientos y mejores prácticas de gestión social, que incluye mejorar los procesos de consulta, de participación, y de obtención de beneficios de las actividades extractivas por parte de las poblaciones directamente afectadas.
Cabe señalar, que paralelo al préstamo del Programa NUMES, el BID también ha aprobado una cooperación técnica no reembolsable para el fortalecimiento de las capacidades en planificación del sector energético. Sin embargo, preocupa que esta cooperación recién pueda implementarse luego de culminado el Plan Energético Nacional, cuando justamente se necesita fortalecer estas capacidades antes de la revisión y aprobación del Plan.
No hay duda que estos Programas son un importante avance en el proceso de la planificación del sector, sin embargo, insistimos en la necesidad de promover y garantizar una adecuada participación de la sociedad civil e integrar los aspectos ambientales y sociales en la planificación del sector energético. Desde la sociedad civil estaremos atentos y buscaremos alcanzar nuestras propuestas a este importante proceso, que definirá la priorización del conjunto de proyectos energéticos que se promoverán en los próximos años.
Fuente: http://www.diariolaprimeraperu.com/online/columnistas-y-colaboradores/a-la-espera-de-un-plan-energetico-nacional-con-participacion-ciudadana_126065.html
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