Wednesday, December 05, 2012

DESCUBRIMIENTO Observatorio Astronómico más antiguo a Chankillo


DESCUBRIMIENTO 
Observatorio Astronómico más antiguo a Chankillo
Por: Francisco Vidarte

"Chankillo es el observatorio solar prehispánico más antiguo de América"



Chankillo hace su aparición a sólo 400 km al norte de Lima en el paisaje de la costa centro-norte de la región Ancash, entre los valles de Virú y Huarmey a 20 km al sur de Casma.

Para llegar hasta Chanquillo, se toma el camino el camino de desvío al Este en el Km. 361 de la carretera Panamericana Norte que va por la margen izquierda del Rio Casma, al Sur del Valle de San Rafael.



El complejo arquitectónico monumental está integrado por un enigmático castillo (calendario) y su observatorio solar de 13 Torres, que permite observar el desplazamiento anual del Sol exactamente, así como señalar con precisión los solsticios y los equinoccios. Se puede apreciar que fue construido con piedras del mismo lugar, las canteras son visibles, el barro usado para el mortero y los enlucidos fue traído desde el valle.




Desde el siglo XIX se especulaba que la fila de 13 torres podría ser una referencia a la luna. Chankillo fue visitado en el siglo XIX por George Squier, quien hizo un buen levantamiento topográfico; lo exploraron Ernst Middendorf, Antonio Raimondi, Julio C.Tello y otros más; trabajos de investigación han sido realizado por la Dra. Rosa Fung Pineda con el Arql. Victor Pimentel Gurmendi, esposos John y Theresa Topic y tambien por el Arql. Iván Ghezzi, de la Pontificia Universidad Católica de Perú. Ghezzi y Clive Ruggles, de la Universidad de Leicester, Inglaterra, explican que las Trece Torres construidas a intervalos regulares sobre la cima de la colina  Chankillo , están alineadas dnorte a sur, servían para marcar en general el movimiento cíclico del sol a través del año. 


Cada una de las torres mide entre dos y seis metros y están separadas por 4,7 y 5,1 metros; tiene dos escaleras, en los lados norte y sur, que llevan a la parte más alta de la estructura.

La clave vino con el descubrimiento de dos puntos artificiales de observación astronómica, incorporados en las construcciones al este y al oeste, situados a unos 200 metros cada uno de los extremos de la retahíla de torres, permitían usar las torres como "marcadores" en el horizonte, cuya función era estar posicionados de tal forma que en los solsticios de verano e invierno el sol se levanta y se pone por encima de
las torres, formando una línea que delimita claramente el año solar. 


Al seguir el movimiento del Sol desde ambos puntos, los arqueólogos notaron que la distribución de las torres, se ajustaba a la trayectoria del sol; es decir, si hoy la posición del amanecer coincidiera con la ubicación de la tercera torre, después de un tiempo coincidiría con la cuarta, luego con la quinta hasta completar el ciclo marcado por las torres.

El calendario de Chankillo esta conformado de sus principales elementos: un sistema de fortificación -tres gruesas murallas de piedra ovoides y concéntricas que se conectan desde el exterior al interior por corredores cuyos techos están hechos con maderas de algarrobo, tienen torreones distribuidos a lo largo de las murallas de 8 metros de alto y 6 metros de ancho, con cinco, cuatro y tres entradas de acceso respectivamente-, el "Templo de los Pilares" -un recinto con habitaciones rectangulares,  dos estructuras redondas y una circular rodeadas por las murallas. Los muros fueron pintados de varios colores y dentro de los corredores en las paredes se hicieron grabados, Rosa Fung halló y registró algunos en 1967. Tomando como referencia la madera de algarrobo encontrada, mediante análisis con el C14 se estima que fue construido hace unos 2300 años.
Esta arquitectura monumental, tiene rasgos de la Cultura Santa, al extremo Sur, pues este tipo de arquitectura se encuentra en las cuencas de Santa-Lacramarca y Nepeña. Este observatorio indica el avanzado conocimiento de la astronomía, con fines prácticos y rituales, de los antiguos peruanos. 

"Al lanzar esta página el 15 de Agosto último (*), participamos el descubrimiento de Figuras monumentales en los Cerros del Valle de Casma, entre ellos un Indio mirando al Sur, 2 Cóndores y un Puma. 





Luego de mucha observación y luego de haber identificado múltiples figuras de Guerreros y narración de Eventos, 









se nos ocurrió trazar líneas entre los Ojos del Puma y de los Cóndores, resultando líneas paralelas y coincidentes luego con Ojo de Indio que mira al Sur. 




Resulta que las Figuras que veníamos observando no solo están trazadas en los Cerros sino también que muestran una alineación especial y coincide con la dirección Este/Oeste. 




En las imágenes comparativas se observa la orientación del Observatorio de Chankillo (**) que resulta estar paralelo al Observatorio por nosotros identificado. 


Lanzamos la hipótesis de que este Observatorio y Calendario correspondería al periodo Sechín (2000 A.C) en comparación a Chankillo (300 A.C.)"

(*) Fuente: http://www.facebook.com/media/set/?set=a.483728241647599.109481.459901874030236&type=1
Consulta al 05 diciembre 2012.








(**) Chankillo, el observatorio solar más antiguo de América
EFE en Washington - Viernes 2 de Marzo de 2007 
chaonkillo_desde_llano.jpg (48715 bytes)Arqueólogos encontraron el observatorio solar más antiguo de América, construido hace dos mil 300 años, en la zona costera del Perú, reveló un estudio publicado por la revista Science.El observatorio está formado por trece torres levantadas en línea, de norte a sur sobre la cima del monte Chankillo, que indicaban con precisión el desplazamiento anual del Sol, así como los solsticios y los equinoccios.
La estructura contiene dos puntos artificiales de observación separados por unos 200 metros con una especie de fortaleza rodeada por tres anillos concéntricos.
“Su construcción revela que el conocimiento de la astronomía existía en la región desde antes del Imperio Inca”, afirmaron los arqueólogos Iván Ghezzi, de la Pontificia Universidad Católica de Perú, y Charles Ruggles, de la Universidad de Leicester, del Reino Unido.
“Las torres de Chankillo nos proporcionan una prueba de las primeras observaciones solares y de la existencia de avanzados cultos al Sol, los cuales precedieron casi 2 mil años a los del Cusco incaico”, indicaron los científicos.
Primero que los Moche. Según relatos de los primeros cronistas se creía que los primeros observatorios solares estaban en la región de Coricancha, cerca del Cusco, o habían sido construidos por la cultura Moche, 600 años después de Chankillo.
Sin embargo, los denominados “pilares del Sol” que marcaban las estaciones y el momento de realizar la siembra en la región del Cusco han quedado borrados con el paso del tiempo y se desconoce su ubicación precisa.
Chankillo “es una estructura muy anterior en la costa peruana que parece haber sido construida para facilitar las observaciones del ocaso y del amanecer”, señaló la investigación.

Las 13 Torres de Chankillo

Las 13 torres y el Observatorio : Diagrama que muestra el punto de observacion solar y las posiciones de salida del sol (que las torres indican) de Solsticio en Junio, Equinoccio y Solsticio en Diciembre
Un grupo de 13 torres de piedra que coronan la ladera de una montaña costera en Perú forman el observatorio solar más antiguo del hemisferio occidental, según investigaciones de Iván Ghezzi y Clive Ruggles.
El emplazamiento de 2.300 años de antigüedad remite a una sofisticada cultura que usó el espectacular alineamiento del sol y las estructuras para efectos políticos y ceremoniales.
Hasta ahora la zona de las trece torres de Chankillo era conocida como un extenso centro ceremonial, de varios kilómetros cuadrados, que se caracteriza por poseer una estructura bien fortificada en la cima de la colina, gruesos muros y parapetos.
Escalera de Acceso a una de las torres
Pero nadie había entendido la presencia de una hilera de torres a lo largo de 300 metros, colocadas en una colina cercana, como espinas en la espalda de un dragón.
En un artículo que publicó ayer la revista Science, Ghezzi y sus colegas dicen haber descubierto el significado. "Desde el siglo XIX se especulaba con que la fila de 13 torres podría ser una demarcación lunar, pero nadie siguió esa pista", dijo Ghezzi, quien decidió probar la idea, mientras estudiaba estructuras militares en el lugar, que datan del siglo IV antes de Cristo.
Lo que descubrió es que el lugar abarca con precisión los arcos anuales de salida y puesta del sol, cuando se les ve desde dos puntos de observación especialmente construidos para tal fin. "Miles de personas podrían haberse reunido para observar impresionantes eventos solares. Estos acontecimientos podrían haber sido manipulados por una agenda política", dijo Ivan Ghezzi, quien hizo el descubrimiento mientras era estudiante de la Universidad de Yale.
salida_del_sol.jpg (18475 bytes)
Salida del Sol en la primera Torre.Durante la época del solsticio de verano en junio, el día más largo del año, el sol sale justo a la izquierda de la torre más septentrional, explicó Ghezzi, que ahora es el director arqueológico del Instituto Nacional de Cultura de Perú.
También sirven como un calendario preciso con unos cuantos días de diferencia. Los autores escriben que las torres brindan evidencia de sofisticados cultos solares antes de los de los Incas.

¿Quiénes lo construyeron?
El hallazgo no es menor, ya que estudios de yacimientos arqueológicos y registros por escrito ilustran que los Incas llevaron a cabo cuidadosas observaciones solares para el 1.500 D.C. Sin embargo, ahora Ghezzi y Ruggles muestran que las Trece Torres de Chankillo fueron utilizadas desde hace más de 2 mil años por otra cultura tanto o más sofisticada.
Ghezzi afirmó que se sabe muy poco sobre la gente que construyó Chankillo, pero habrían precedido a los Incas por varios siglos. Al investigador no le sorprendió el hallazgo de un observatorio tan antiguo y afirma que Perú es una de las fronteras arqueológicas inexploradas en el mundo.
"Esta clase de conocimiento es esencial para la supervivencia, para navegar, para seguir animales y regresar a tu lugar de origen, para hacer un seguimiento de las estaciones", sostuvo Ghezzi.
"Tenemos que encontrar otras razones para explicar por qué un grupo de personas llegó tan lejos como para construir torres monumentales en la cima de una colina", concluyó.
Existen muchas evidencias que demuestran que los Incas usaron los movimientos del sol para demostraciones de poder con fines políticos.

Dentro del hallazgo también se comprobó que los habitantes de esa región realizaban rituales religiosos vinculados con los fenómenos astronómicos.
Los investigadores señalaron que las excavaciones revelaron que en la construcción se hacían ofrendas de figurillas de guerreros de cerámica con adornos que parecerían ser signos de distinción, lo que sugiere prácticas rituales así como la existencia de clases sociales.
“La adoración del Sol y las costumbres cosmológicas de Chankillo tal vez hayan ayudado a legitimar la autoridad de una clase de elite, como ocurrió con el imperio inca dos milenios después”, agregaron los científicos.

Monumental. 

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Vista Aerea de Chankillo
Los científicos también encontraron que uno de los edificios próximos tiene características arquitectónicas impares: un pasillo de 40 metros de largo que corre de un lado que carece de ventanas o puerta en el edificio principal.
“La mejor explicación para ese espacio es que permitía a la gente tener un punto de observación completo de las torres,” explicó Ghezzi.
Para el arqueólogo la constatación de que Chankillo y sus torres levantadas hace más de dos mil años fueron un observatorio solar resuelve un rompecabezas científico que se mantenía desde hace más de un siglo.
Según Luis Jaime Castillo, arqueólogo de la Universidad Pontificia peruana, se trata de un claro ejemplo de un “calendario monumental”.
Agregó que “es difícil pensar para qué otra cosa pudieron haber servido las torres de observación”, y su presencia revela que existían técnicas de medición muy avanzadas, 600 años antes de la cultura Moche.
“Es posible que ocurrieran otras cosas que no sabíamos”, explicó.
Para otros investigadores es evidente la necesidad práctica para los pobladores de esa región de contar con el observatorio solar.
Esto debido a que la agricultura era crucial en la época y en esa zona dependía de la irrigación proporcionada por los ríos.
“La observación solar era necesaria para saber cuándo se debía plantar”, señalaron.

Investigaciones

EN PLENA LABOR. Las investigaciones de los integrantes del proyecto Chankillo dan cuenta de una sociedad con una clase dominante que habría rendido culto al Sol, mucho antes que los incas
Investigaciones sostienen que torres eran parte de una especie de calendario. Se han hallado figuras de cerámica que representan a guerreros
Hace 2.300 años, los pobladores del valle de Casma dirigían sus pasos hacia el ramal sur del río del mismo nombre. Allí, sobre la cima de una colina baja, se levantaban imponentes por lo menos 13 construcciones a modo de torres dispuestas en una hilera norte-sur. Aquellas construcciones eran la base de lo que ahora los investigadores Iván Ghezzi y Clive Ruggles han afirmado que se trata de un observatorio solar. De ser validada su tesis, Chankillo saldría por fin del casi anonimato que ha permanecido hasta el momento para ocupar su lugar como el más antiguo observatorio de astros en América.

CHANKILLO EN PARTESMúltiples edificios, plazas y patios construidos con piedra canteada y mortero de barro dan forma a lo que se conoce como Chankillo. Todos estos restos diseminados en unos cuatro kilómetros cuadrados ocupan un terreno formado por pampas de arena, afloramientos rocosos, dunas y también bosques de algarrobos.
El principal componente de Chankillo es la llamada 'fortaleza', una imponente estructura de 300 metros de largo, ubicada en la cumbre de una colina y fuertemente defendida por murallas, accesos restringidos, parapetos y posiblemente un pozo seco. Para el arqueólogo Iván Ghezzi este edificio no sería una fortaleza, sino más bien un templo fortificado.
En otra zona de Chankillo se aprecian otros edificios en los que destacan 13 torres construidas con piedra canteada y mortero. La hilera de torres tiene una orientación norte-sur, pero las tres últimas construcciones ubicadas hacia el sur presentan un cambio de orientación hacia el sudoeste.
"Vistas desde la parte baja, las torres forman un horizontes artificial 'dentado' con picos y valles dispuestos a intervalos regulares", señalan en su informe los arqueólogos Ghezzi y Ruggles.

LA TEORÍA
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Con la utilización de diversos equipos, entre ellos un GPS portátil, los investigadores y su equipo determinaron que las torres fueron levantadas con el fin de seguir la trayectoria del Sol en aquella época (hace unos 2.300 años). Así, los antiguos habitantes de la zona podrían regular eventos estacionales, como fiestas religiosas o para mantener un calendario solar empírico.
Para los Ghezzi y Ruggles "las 13 torres de Chankillo, así como las plazas y los edificios adyacentes brindaron el marco apropiado para los rituales públicos y banquetes directamente relacionados con la observación e interpretación de los movimientos del Sol, en los que participaban grandes grupos de personas. Sin embargo, también se ha determinado que algunas zonas estuvieron reservadas para unos pocos, quienes habrían sido los encargados de conducir las ceremonias.
Las excavaciones recientes también han puesto al descubierto figuras de cerámica que representan a guerreros provistos de armamentos, escudos y protección corporal.
Estos personajes están acompañados de indicadores de status, como tocados, camisas, ornamentos de cuello, dorso y nariz que habrían cumplido funciones decorativas y defensivas.
Para los investigadores, esto los pondría frente a una sociedad que rendía culto al Sol, mucho antes que los mismos incas.

CLAVES1Chankillo se ubica a unos 15 kilómetros al sur de Casma. El templo fortificado está estratégicamente ubicado en la cima de un cerro, desde donde se aprecia el valle de San Rafael.
2 Para llegar a Chankillo se transita por un camino que se dirige hacia el sector de San Rafael o se escoge el desvío hacia el este, a la altura del kilómetro 361 de la Panamericana Norte. Un camino de cascajos de dos kilómetros de largo lleva hacia esa zona arqueológica.

PARA RECORDAREl monumento de Chankillo ya había sido visitado en el siglo pasado por George Squier, quien hizo un buen levantamiento topográfico de la zona.
También exploraron la zona investigadores como Ernst Middendorf, Antonio Raimondi, Julio C. Tello y otros más.
La investigadora que profundizó los estudios acerca de estas impresionantes construcciones de piedra fue la arqueóloga casmeña Rosa Fung Pineda, quien contó con el apoyo del arquitecto Víctor Pimentel Gurmendi.
El terremoto ocurrido en 1970, el cual destruyó la ciudad de Yungay, también causó graves daños a la fortaleza, que perdió muchos de sus muros.
Fuente: http://www.portalinca.com/chankillo/






Centros Ceremoniales vs. Fortalezas
Chankillo es el ejemplo más destacado de una nueva clase de complejo arquitectónico monumental que hace su aparición en el paisaje de la costa centro-norte del Perú, en particular entre los valles de Virú y Huarmey, en la época posterior al ocaso de los estilos Cupisnique y Chavín, y por lo tanto probablemente después del abandono del templo en Chavín de Huántar.

Estos asentamientos en las cimas –lugares apropiados para advertir el avance del enemigo y defenderse—, constituyen la arquitectura pública de mayor envergadura para la época, que no se encuentra ni en las aldeas ni en los conjuntos de arquitectura ortogonal de supuesto carácter residencial de élite[i].  

Por lo tanto, es lícito suponer que su estudio aporta información clave sobre la forma en que se ejerce el poder en un periodo crucial en la prehistoria de los Andes Centrales que separa dos procesos, cada uno con una lógica propia: el desarrollo de centros ceremoniales desde el periodo Precerámico Tardío hasta el Horizonte Temprano, y la formación de los estados expansivos durante los periodos Intermedio Temprano y Horizonte Medio.
Se ha enfatizado con mucha razón desde los escritos de Collier[ii] la probable relación entre la construcción de asentamientos fortificados como Chankillo, y la creciente proliferación de armas en los ajuares funerarios, por un lado, y de las imágenes de guerreros, por el otro.  Sin embargo, Chankillo no es solamente un lugar fortificado; es también un complejo de arquitectura planificada con rasgos de centro ceremonial, centro administrativo, refugio, y lugar de batalles rituales, que se extiende sobre 4 kilómetros cuadrados de paisaje desértico en el río Casma, en la costa de Ancash (Fig. 1).
Figura 1.  Mapa del centro monumental de Chankillo.  A. Las Trece Torres; B.  El Observatorio Oeste; C.  El Observatorio Este; D.  Centro Administrativo; E.  La Plaza; F.  La Fortaleza.  Coordenadas expresadas en el sistema Universal Transverse Mercator (UTM), zona 17L, datum World Geodetic System 1984.  Elaborado por Iván Ghezzi.
Este sitio comprende varios conjuntos monumentales de piedra: la “Fortaleza”, que ocupa la cima de un promontorio rocoso, amplios recintos amurallados sobre una baja meseta, y las “Trece Torres”, separados por descampados arenosos.  Los fechados radiocarbónicos calibrados indican que fue ocupado entre los años 400 y 0 a.C.
 El observatorio astronómico más antiguo de América
Sin duda, el sector más extraordinario es el observatorio astronómico centrado en las Trece Torres —una hilera de torres pétreas construidas sobre una colina al centro del sitio—.  La hilera tiene una orientación Norte-Sur, aunque las torres 11-13 —numeradas a partir de la torre más al norte— cambian de dirección hacia el suroeste.  Por su posición elevada, cuando se observa las torres desde la parte baja, éstas forman un “horizonte artificial” subdivido por cortes profundos (Fig. 2).
Figura 2.  Las Trece Torres, vistas desde la fortaleza.  Foto Iván Ghezzi.
Las investigaciones arqueoastronómicas prueban que la porción del cielo abarcada por este horizonte simulado corresponde con precisión al rango de posiciones de salida y ocaso del Sol en el año[iii].  Dos “puntos de observación” astronómica, incorporados en las construcciones al este y al oeste, permitían usar las torres como “marcadores” en el horizonte, tal como hicieron los Incas casi dos milenios más tarde[iv].
Desde el punto de observación oeste, la salida del Sol en el solsticio de diciembre ocurría sobre la Torre 13 (Fig. 3).  En el solsticio de junio el Sol salía entre la Torre 1 y el cerro Mucho Malo, distante 3 Km. (Fig. 4).  Así, en el solsticio de invierno, época del año asociada tradicionalmente con festivales de cosecha en esta parte del mundo, el Sol emergía entre una formación natural y una construcción humana.  En la dirección opuesta, del punto de observación este, el ocaso en el solsticio de diciembre ocurría a la izquierda de la Torre 12 –la última visible desde aquí debido al cambio de orientación—, mientras que para el solsticio de junio el Sol se ocultaba a la derecha de la Torre 1. 
Figura 3.   Vista de las torres desde el punto de observación oeste.  Se indica la posición de salida del Sol en los solsticios y equinoccios para el año 300 a.C. Elaborado por Clive Ruggles e Iván Ghezzi.
Figura 4.   Salida del Sol actual en el solsticio de junio, entre cerro Mucho Malo y la Torre 1.  La posición de salida del Sol en esta fecha se ha movido a la derecha aproximadamente 0.3° desde el año 300 a.C. Foto Iván Ghezzi.
La salida del Sol en el equinoccio ocurría en el espacio entre las torres 6 y 7.  Si se cuenta el espacio entre la Torre 1 y cerro Mucho Malo como el decimotercero entre las torres, entonces la posición equinoccial era la central.  Del lado opuesto, desde el punto de observación este, el ocaso equinoccial ocurre casi exactamente al centro de la hilera de doce torres visibles. 
La concordancia entre la extensión de las torres a lo largo del horizonte y el arco solar habría permitido rastrear su recorrido anual con una exactitud de 2-3 días.  Por otro lado, la equidistancia entre las torres sugiere que el calendario se dividía en unidades regulares: las salidas del Sol en los espacios de las torres centrales –3 a 11— estaban separadas por lapsos de 10 días.  Sin embargo, los lapsos eran más largos para las torres de los extremos —1, 2, 12 y 13—, pues cerca al solsticio, el Sol se mueve más lentamente en relación con el horizonte. 
Las Trece Torres integran un espacio público y ceremonial con una combinación de funciones relativas al culto solar, banquetes rituales, administración, redistribución y otras prácticas.  En este gran espacio público se encuentra también otras construcciones monumentales.  El gran centro administrativo al pie de las torres consta de numerosos patios y recintos de varios tamaños, interconectados por pasajes y accesos, además de depósitos e instalaciones para preparar y almacenar chicha –a juzgar por los abundantes restos de maíz—.  El patrón de circulación sugiere una organización a la vez dual y cuatripartita, con cuatro conjuntos de recintos, cada uno con accesos independientes, dispuestos a ambos lados de un eje central compuesto por un conjunto laberíntico y varios patios de distribución.  Los recintos posteriores disminuyen en área, pero ganan altura, y cuentan con un control del acceso más estricto.
La plaza, por otro lado, es un amplio espacio abierto.  Las Trece Torres y la Fortaleza, por su posición elevada y escala monumental, destacan como los elementos dominantes del paisaje visible desde la plaza.  Esta plaza no esta cercada por muros, ni definida por edificios en todos sus lados; sin embargo, se distingue claramente por la modificación artificial –nivelación, relleno, y limpieza de escombros— del terreno original para crear un espacio abierto y relativamente plano en comparación al paisaje circundante.  En varios lugares de esta plaza se halló ofrendas de antaras de cerámica ymullu (Spondylus princeps sp.), mientras que en los alrededores se encontró restos de vasijas utilitarias, antaras y maíz.
En la plaza se habría celebrado grandes banquetes, con consumo de alimentos y bebidas, acompañados de música, danzas y otras prácticas rituales.  Estas festividades estarían organizadas en un calendario ritual programado con la observación sistemática del pasaje estacional del Sol.  Algunos eventos astronómicos muy notables eran visibles no sólo desde los observatorios, sino también desde la plaza, por ejemplo el ocaso del Sol en el solsticio de diciembre sobre la Fortaleza.  Eventos como éste habrían sido probablemente las fechas centrales de este calendario ceremonial.  Durante estas festividades, un gran número de peregrinos se habría reunido en la plaza para participar de las ceremonias.  
El observatorio astronómico de Chankillo, que fue construido cientos de años antes que el observatorio maya más antiguo en Uaxactún,[v] es el más antiguo conocido en América.  Esta sofisticada creación humana no fue sólo un instrumento para la observación solar y el control del tiempo; habría servido además para regular el calendario ceremonial y dar soporte a la jerarquía social establecida[vi].
Es un imponente edificio ovalado de piedra, ubicado estratégicamente sobre una colina a 180 m de altura sobre el valle aledaño (Fig. 5).  Ha sido interpretado como fortaleza, reducto, y lugar de culto[vii].  No obstante, las investigaciones arqueológicas recientes permiten ofrecer una interpretación alternativa de la función de este edificio como un templo fortificado[viii].
Figura 5.   Vista aérea de la Fortaleza.  Foto: Servicio Aerofotográfico Nacional
El sistema de fortificaciones cuenta con dos murallas concéntricas; en algunos sectores éstas aún tienen 8 m de alto y 6 m de ancho.  Las murallas están coronadas por parapetos, que servían un propósito defensivo (Fig. 6).  Sus monumentales portadas son pasajes techados con dinteles de algarrobo (Fig. 7).  En los ingresos se encuentra “cajuelas” –nichos con una laja vertical anclada al muro— que probablemente servían para atar una puerta de madera.  A la salida se encuentra un laberinto de muros altos y macizos, que brindan protección y privacidad al interior.  La ubicación de las portadas de ambas murallas forma parejas, aparentemente para que la muralla interna sirva de respaldo a la externa en caso sea superada.
Figura 6.   Dibujo en sección de uno de los parapetos en la Fortaleza.  Elaborado por Iván Ghezzi.
El tercer muro, a menudo considerado una muralla, soporta una plataforma que rodea estructuras de planta circular y rectangular.  Los edificios de planta circular están compuestos por dos muros concéntricos con entradas controladas.  El edificio de planta rectangular, llamado el “Templo de los Pilares”, ha sido estudiado extensamente[ix].  Su orientación, alineada al rumbo “solsticial” de Chankillo, y ubicación en el punto más elevado, del que se divisa las Trece Torres, la Plaza, etc., son signos de su importancia.  Para facilitar su conexión visual con las ceremonias que se realizaba en el Observatorio, la Plaza, y otros edificios, las murallas en este lado se construyeron a partir de un punto más bajo.  Así, durante las festividades el Templo de los Pilares habría sido escenario privilegiado para los rituales.  Además, en el Solsticio de diciembre los peregrinos en la plaza podían contemplar la puesta de Sol sobre el Templo de los Pilares, convirtiendo su relación con el astro en una extraordinaria afirmación visual de su poder.
El Templo de los Pilares se compone de un atrio frontal y recintos posteriores (Fig. 8).  El nivel más bajo del atrio es una plataforma rectangular con escalinatas a ambos lados.  El nivel superior es una plataforma en forma de U, también con escalinatas.  La plataforma superior esta coronada por una galería de pilares rectangulares, que soportaban un techo de caña, soguilla y barro.  Una pequeña entrada conecta el atrio con la parte posterior a través de un acceso restringido.
Figura 8.   Plano del “Templo de los Pilares”.  Elaborado por Iván Ghezzi
Entre los recintos posteriores, destaca el Recinto 3, que es el más grande y mejor investigado.  Comparte con el atrio la presencia de una plataforma con galería de pilares.  Tiene un patio con entradas directas a otros recintos, conectado a la plataforma por una escalinata.  En la plataforma, ocho pilares de piedra y barro forman una galería elevada, techada por una estructura liviana, de caña, soguilla y barro. 
Las plataformas con galerías fueron probablemente escenarios para ceremonias.  Pero mientras la galería del atrio mantenía una conexión visual directa con las grandes congregaciones reunidas para las festividades en la gran plaza de Chankillo, el patio y galería del Recinto 3, cuyo acceso fue controlado estrictamente, posiblemente sirvió para las actividades rituales de una audiencia mucho más selecta.
En un muro del patio se descubrió un mural en bajo-relieve (Fig. 9 y 10).  Representa dos versiones, invertidas entre sí, de un mismo ser sobrenatural antropomorfo.  Tienen un tocado plano, y volutas que sugieren que podría tratarse de un personaje femenino; uno de ellos tiene una orejera.  La dentadura es pronunciada, pero sin colmillos.  Una simple línea representa el cuerpo, muy simplificado en comparación al rostro, y a partir del cual se despliegan extremidades con atributos de ave e insecto.  Los detalles técnicos de su manufactura sugieren que podría haber sido copiado de un textil.  Se puede suponer que en el resto del edificio existieron presentaron bajo-relieves similares.
Figura 9.   Dibujo a mano alzada del mural preservado en el “Templo de los Pilares”.  Elaborado por Alcides Álvarez e Iván Ghezzi.
Figura 10.  Bajo-relieve de una representación sobrenatural en el muro este del Recinto 3, Templo de los Pilares.  Foto Iván Ghezzi.
Los pilares de la plataforma estaban decorados con un diseño de elementos escalonados (Fig. 11), que frecuentemente se asocia a seres sobrenaturales, creencias religiosas, y poder en los estudios sobre iconografía andina[x].  Además, se recuperó numerosos fragmentos de los pilares, modelados y con pintura blanca y amarilla, que representaban figuras que ya se han perdido.
Figura 11. Restos de un pilar decorado de la plataforma del Recinto 3 en el “Templo de los Pilares”.  Foto Iván Ghezzi.
El Templo de los Pilares se halló enterrado bajo un grueso desmonte, compuesto por piedra, tierra y barro, mezclado con fragmentos de colapso de los muros y pilares cercanos.  Este desmonte es el resultado de la destrucción intencional y enterramiento del edificio, que marca el fin de la ocupación de Chankillo.  Fueron sistemáticamente destruidos todos los pilares decorados, y algunas paredes, posiblemente aquellas con bajo-relieves, fueron desmanteladas.  En los casos de entierro ritual de edificios prehispánicos es recurrente el uso de rellenos limpios, depositados para preservar una estructura más temprana, y construir un nuevo nivel arquitectónico[xi].  Por contraste, los escombros que cubren el Templo de los Pilares deberían su origen a una  salvaje profanación, un esfuerzo intencional por destruir el templo y borrarlo para siempre de la memoria colectiva de toda una sociedad.  Probablemente, esta destrucción fue una consecuencia de la imposición de una fuerza externa, como resultado de un conflicto violento.

Fuente: http://www.idarq.org/chankillo.htm
Consulta al 05 de diciembre de 2012

Referencias:
  • Chankillo, el observatorio solar más antiguo de América.                                       http://www.portalinca.com/chankillo/
  • http://larepublica.pe/blogs/andares/2009/01/22/descubrimiento-el-ano-solar-de-chankillo/
  • Towers in Peru Are an Ancient Solar Calendar. SCIENCE, VOL 315. 2 MARCH 2007  http://www.charlesmann.org/articles/Science-Chankillo-03-07.pdf
  • Iván Ghezzi. Chankillo. http://www.idarq.org/chankillo.htm
  • Chankillo, los vestigios de una sociedad de hace más de 2300 años. http://umbrales-tvperu.blogspot.com/2012/07/chankillo-los-vestigios-de-una-sociedad.html
  • EE.UU. En territorio del imperio INCA descubrieron el observatorio más antiguo de América. http://www.cadenaglobal.com.ar/noticias/imprimir.php?PHPSESSID=a2ch1rsv125kupq4ugki6qgni0&cod_noticia=2664&nombre_seccion=



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